Cualquiera puede conducir. Para montar se necesita pasión. Es ese camino predilecto, donde se sabe que el pavimento es el mejor amigo. Ese tramo salvaje que le ruega pasear y explorar. O la llamada de la pista de carreras que obliga a levantarse temprano los fines de semana. En Suzuki, construimos las motos porque compartimos su entusiasmo para salir e ir. Para nosotros, es una forma de vida.